Alemania no tiene prisa por volver a su vida cotidiana habitual ante la segunda ola de la pandemia de coronavirus en Europa. La canciller Angela Merkel acordó con los gobernadores estatales extender el confinamiento nacional en el país hasta el 31 de enero.
La alta tasa de nuevos casos de infección y los hospitales colapsados de pacientes fueron los principales motivos de esta decisión. Además, las autoridades locales están preocupadas por la nueva cepa de COVID-19 que surgió en Inglaterra. Por lo tanto, se aceptó y comprendió la idea de introducir restricciones más estrictas en Alemania.
Según la nueva regla, aquellos residentes en áreas con una incidencia de 200 casos en una semana por cada 100,000 personas se les prohibirá viajar a más de 15 kilómetros de su hogar sin una razón válida. Las personas solo podrán ir al médico o trabajar.
El confinamiento nacional se introdujo en Alemania el 2 de noviembre de 2020. Desde entonces, los restaurantes alemanes han cambiado al modo de entrega. El 16 de diciembre, el gobierno impuso restricciones más severas, requiriendo el cierre de tiendas no esenciales, peluquerías, salones de tatuajes y salones de belleza. También se introdujeron restricciones a las reuniones.