La renuencia de los legisladores del BCE a subir las tasas de interés el próximo año condena a la moneda común europea a una fuerte caída. El euro, que ya ha perdido más del 7% frente al dólar este año, corre el riesgo caer incluso más.
Esta perspectiva pesimista se puede atribuir a la reciente declaración de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, que no está a favor de un aumento de la tasa de interés antes de finales de 2022. "Un endurecimiento prematuro de la política monetaria en la coyuntura actual podría poner en peligro la recuperación económica de la eurozona", señaló Lagarde. Este comentario fue suficiente para que los inversores aseguraran ganancias en el euro y cambiaran su enfoque a las monedas de aquellos países que se están preparando para subidas de tasas de interés, como la libra esterlina. El euro se encuentra actualmente a la deriva cerca de un mínimo de 16 meses en 1,13 frente al dólar. La situación con la libra esterlina y el dólar australiano es similar. El euro incluso ha caído a mínimos de 2015 frente al franco suizo, aunque las tasas de interés clave en Suiza son más bajas que en la eurozona.
Para la segunda mitad de 2022, "la Fed podría estar subiendo las tasas y esto podría dificultar que el euro recupere mucho terreno frente al dólar", dijo Jane Foley, estratega cambiaria senior de Rabobank. Mark Hafele, director de inversiones de UBS Global Wealth Management, espera que el dólar estadounidense se fortalezca ampliamente el próximo año, llevando el euro a $1,10 para fines de 2022. Una subida de tasas en 2022 parece ser un desafío para Europa, aunque la inflación ya ha superado el objetivo del 2% del BCE y un nuevo aumento en los casos de COVID-19 amenazan con desacelerar el crecimiento económico.