Las empresas chinas están siendo presionadas por los legisladores tanto en Beijing como en Washington. Las leyes estadounidenses protegen los derechos humanos, incluido el secreto de la correspondencia, y obligan a las empresas a proporcionar informes a las autoridades supervisoras.
Las empresas chinas se han enfrentado a nuevos desafíos. El gobierno chino está "apretando los tornillos", presentando cada vez más restricciones que extrañamente entran en conflicto con la legislación estadounidense. Por lo tanto, las empresas comerciales deben abandonar las bolsas estadounidenses o buscar posibles lagunas. La nueva ley sobre divulgación de información obligará a las empresas a retirarse de la lista a menos que los supervisores estadounidenses revisen sus documentos de auditoría. En general, los esfuerzos recientes de Beijing para controlar las opciones de financiación empresarial y reforzar la seguridad sobre la información del consumidor han asustado a los inversores extranjeros.
Debido a las tensiones entre Estados Unidos y China, unas dos docenas de empresas, con un valor aproximado de $800 mil millones, han buscado una doble cotización en Hong Kong. Otros 100 más o menos con una capitalización de mercado total de alrededor de $400 mil millones, liderados por la empresa de comercio electrónico Pinduoduo, cumplen con los estándares del centro asiático, según los analistas del Bank of America. La mitad de ellos trasladará su centro de negociación en 2022. Los indexadores, incluidos MSCI y FTSE, ya utilizan el precio de Hong Kong para Alibaba y otros gigantes chinos.