No hace mucho, China aprobó una ley de seguridad nacional que permitió a las agencias de seguridad chinas tomar medidas amplias que limitaban las libertades de los residentes de Hong Kong. Estados Unidos se opuso firmemente a tal intervención y la calificó de ilegal. Washington anunció que ya no consideraba a Hong Kong como una región autónoma. Aparentemente, el país no va a tolerar tal violación de los tratados internacionales. Es por eso que Donald Trump se comprometió a evaluar medidas duras contra China.
Actualmente, algunos de los principales asesores del presidente Donald Trump están reflexionando sobre un plan para socavar el vínculo del dólar de Hong Kong. Quieren imponer una prohibición a los bancos de Hong Kong limitando su capacidad de comprar dólares estadounidenses. Como resultado, el regulador financiero local, la Autoridad Monetaria de Hong Kong (HKMA) no podrá reponer las reservas de divisas legalmente, y el tipo de cambio del dólar de Hong Kong colapsará inevitablemente. Además, el vínculo del dólar de Hong Kong que protege a la moneda local de la devaluación y asegura la estabilidad del tipo de cambio desde 1983 se considera un ancla para la estabilidad financiera. Por lo tanto, romper el vínculo alterará toda esa ecuación. Estados Unidos también tiene la intención de negar el acceso de Hong Kong al sistema de pago interbancario SWIFT.
La Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong permite a Pekín obtener amplios poderes para controlar la oposición de los manifestantes habituales a las agencias de noticias y disidentes en el extranjero. Servirá como una espada de Damocles que se cierne sobre los ciudadanos más desobedientes. Su legislación significa la pérdida de la autonomía de la región. Por lo tanto, Estados Unidos está pensando en imponer sanciones contra China.