Es bueno cuando el gobierno tiene tanto dinero a su disposición que incluso Scrooge McDuck lo envidiaría. Con su ayuda, es posible salvar la economía sin cesar y regalarla audazmente a la población, llamando a estos fondos ayuda financiera. Desde esta perspectiva, Estados Unidos puede considerarse un afortunado ganador.
Las autoridades estadounidenses han vuelto a impresionar al resto del mundo al anunciar otro plan de estímulo a gran escala para apoyar tanto a la economía como a los ciudadanos estadounidenses. El entusiasmo por los generosos cheques del ex presidente Donald Trump acaba de desvanecerse, ya que se informó sobre un nuevo plan de ayuda de $2 billones.
"Es una inversión única en una generación en Estados Unidos, diferente a todo lo que hemos visto o hecho desde que construimos el Sistema de Autopistas Interestatales y la Carrera Espacial hace décadas", dijo el presidente estadounidense Joe Biden.
Algunos expertos sugieren que este dinero no será suficiente para mantener ni siquiera a la población estadounidense. Sin embargo, el gobierno de los Estados Unidos promete invertir $621 mil millones en infraestructura de transporte, $400 mil millones en cuidados para ancianos y discapacitados estadounidenses y $300 mil millones en manufactura. Dado el valor real del dólar, la modestia de la administración estadounidense parece sorprendente. Después de todo, al administrar esos fondos, cualquier gobierno puede prometer a sus ciudadanos más que paquetes de billones de dólares. De hecho, al asegurar a las personas que estas promesas se cumplirán en 2030, el tamaño del plan de estímulo puede ser ilimitado.