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La búsqueda de los culpables de la crisis bancaria que se avecina continúa en Estados Unidos. Las primeras golondrinas de otro apocalipsis financiero son los bancos bastante grandes, Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank. La dirección de estas organizaciones financieras, según dicen, no supo hacer frente a la gestión y no cumplió las expectativas de los depositantes estadounidenses. La búsqueda de los responsables de este accidente sigue su curso.
La situación en torno a los dos bancos estadounidenses Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank no sólo ha animado los mercados locales. El mundo entero está en estado de suspense a la espera de una nueva crisis financiera. Las expectativas negativas a escala planetaria aún no se han cumplido, el acontecimiento sigue siendo local, pero eso no niega la necesidad de encontrar y castigar a los culpables. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tiene su propia versión de lo sucedido y culpó de la crisis bancaria a la administración de su predecesor, Donald Trump. El jefe de Estado afirmó que "la crisis bancaria fue causada por la anulacion de D. Trump a las restricciones regulatorias financieras impuestas por la administración de Barack Obama tras la crisis financiera de 2008".
"Desafortunadamente, la última administración anuló esas regulaciones", dijo Biden.
El presidente se comprometió solemnemente a abordar el problema, en particular a preparar un llamamiento al Congreso y a los reguladores bancarios para restablecer estas regulaciones con el fin de evitar colapsos similares de las entidades de crédito y "proteger los empleos y las pequeñas empresas estadounidenses."
Recordemos que en 2018, D. Trump firmó una ley que, entre otras cosas, flexibilizaba la regulación de los bancos medianos, como Silicon Valley Bank. Anteriormente, los bancos con más de 50.000 millones de dólares en activos se consideraban "demasiado grandes para quebrar" y, por lo tanto, estaban sujetos a una gran cantidad de inspecciones estrictas, incluidas pruebas de estrés anuales. Una ley firmada por D. Trump eximio de ese escrutinio a las entidades de crédito con hasta 250.000 millones de dólares en activos.
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