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El tema del sistema bancario estadounidense sigue acaparando los titulares. El reciente colapso de Silicon Valley Bank y Signature Bank generó dudas sobre la capacidad de recuperación de las organizaciones financieras estadounidenses. Por un lado, la situación es obvia ya que el regulador financiero de California tomó posesión de Silicon Valley Bank, citando liquidez inadecuada e insolvencia. Por otro lado, esta acción generó pánico entre los inversionistas de todo el país.
No es sensato invertir fondos en el sistema bancario que puede naufragar en medio de problemas en un banco no muy grande. Se considera que un sistema es sólido cuando los fondos invertidos permanecen seguros a pesar de que el regulador ha revocado las licencias de más de 100 bancos en un año. Es por eso que una reacción tan fuerte al cierre de dos bancos sorprendió a todos. Los depositantes de todo el país se apresuraron a retirar fondos, mientras que los tenedores de acciones de los bancos lanzaron una venta masiva. El pánico llegó a tal magnitud que el presidente estadounidense, Joe Biden, tuvo que pronunciar un discurso para calmar a los ciudadanos. Bajo esta luz, el sistema bancario estadounidense no parece estable.
El ex subsecretario del Tesoro de EE. UU., Paul Craig Roberts, dijo que el sistema bancario de EE.UU. no era seguro. También agregó que los cinco bancos más grandes de EE.UU. podrían perder más de dos PIB globales. Paul Craig Roberts supone que las organizaciones tendrán que deshacerse de los activos en el balance, lo que será seguido por la depreciación de los valores. La única forma de resolver el problema es reducir la tasa de interés clave. El economista también cree que la Fed tendrá que detener el endurecimiento de la política monetaria, ya que está socavando los balances del sector financiero, provocando así un colapso generalizado. Roberts agregó que había billones de instrumentos financieros secundarios que se vieron afectados por los cambios en la tasa clave.
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